“La doctora que me hacía el seguimiento siempre estuvo atenta a mis requerimientos, por eso como no mejoraba ordenaron una Resonancia y detectaron que tenía Neumonía Bilateral”

“A partir de allí quedé internado en sala y comencé a vivir lo que estoy contando. La tuve muy difícil, no sentía apetito, ganas de nada y cuando te sacan el oxígeno parece como una adicción, porque los pulmones no trabajan y debes volver otra vez a la misma situación”.

Diego tiene familia en Santa Cruz, y su señora y su hija en Bolívar, quienes lo acompañaron en el proceso. “Es increíble como la pandemia colapsó todo el sistema de salud, y en todo el país. Te lo cuento porque tengo familia en Santa Cruz y allá están igual. Pero los médicos nuestros son increíbles, había algunos que los veía hasta tres días seguidos atendiéndonos y te preguntas cuándo irán a su casa. Eso es lo que nos mantiene en pie, el esfuerzo de todo el equipo de salud”, destacó en la entrevista radial.

“Muchas noches te das cuenta cuando alguien no puede seguir, escuchas que se va, que después se lo entregan a los familiares”

“Intentas ayudar al que está cerca dándole fuerza, que no se saque el respirador, que se mantenga en la posición y haces lo que podes. Pero es difícil una noche en sala, más allá que te van rotando de acuerdo a la evolución, los pasajes son para no olvidar”, aportó.

Diego desarrolla actividad física, es una persona joven y no fuma. De igual manera el virus se las arregló para complicarlo y terminó internado. Esto refleja la capacidad de daño que las nuevas variantes han incorporado en los pacientes de Bolívar.

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