HACIA UN NUEVO PARADIGMA DE LA MOVILIDAD
El mundo está cambiando. Una masiva reducción en el tránsito automotor es necesaria para disminuir las congestiones (y por distintas razones: ecológicas, de salud, economía, etc.), no sólo en el número de viajes sino también en la cantidad de vehículos circulantes.
En Argentina, en especial, es necesario también cambiar nuestra mentalidad. Caminar o andar en bicicleta no son vistos por la mayoría como medios relevantes de movilidad. El caminar debe ser redescubierto, no como una actividad relegada a quienes no tienen recursos para tener auto o pagar un taxi, sino como una actividad saludable, deportiva, libre de stress y relajante. El único modo de transporte “natural” del que disponemos todos.
Hay muchas medidas urbanísticas que pueden implementarse para reducir la circulación de vehículos, generar infraestructura segura para los ciclistas, ofrecer un transporte público eficiente frecuente, seguro y no contaminante para quienes lo necesiten, pero por sobre todo revalorizar el caminar,
Una red de transporte público, eficiente, que facilite una ágil y segura combinación con peatones y ciclistas es indispensable para hacerlo posible.
No bastan los reductores de velocidad y sendas peatonales para proteger a los peatones. Se necesitan redes completas de circulación para los peatones, confortables y seguras, hacer respetar la prioridad peatonal por parte de todos los conductores. Y desarrollar áreas peatonales, mantener las veredas en buen estado, limpias y libres de obstáculos.
También resulta necesario reducir las velocidades de circulación vehicular para proteger a los más vulnerables.
Una movilidad sustentable es posible e imprescindible para generar ciudades seguras, ecológicas y agradables para vivir, con aire puro, espacios verdes y el canto de los pájaros, accesible a todos. Sin muertes por la pandemia del COVID 19 ni por la de los siniestros viales.
|