En nuestras redes y a través de la magia de la radio, hemos sido testigos del inmenso poder transformador que surge de la generosidad y empatía. En cada historia compartida, en cada imagen que nos ha conmovido, hemos sido testigos de cómo el mundo cambia cuando nos unimos en un propósito común.

Hoy, queremos expresar nuestra más profunda gratitud por cada gesto de solidaridad y apoyo, por cada granito de arena que ha hecho posible un verdadero milagro. Gracias al incansable compromiso de tantos amigos/as, vecinos/as, oyentes, sobre todo a la fuerza de la familia Valerdi y Sotto, a las ganas y el amor de Jorge, hemos logrado reunir casi 1.400.000 pesos del total que necesitamos ($1.700.000) para adquirir una silla de ruedas motorizada.

Cada donación, sin importar el monto, ha dejado una huella imborrable, cada palabra cálida y alentadora, ese abrazo solidario y la nobleza de espíritu, han sido fundamental en esta hermosa travesía.

En cada rincón de la comunidad, hemos encontrado manos extendidas y corazones dispuestos a dar, porque nada se construye en soledad… ni los sueños, ni los deseos. Encontrar esta gran marea humana, generosa, que desde hace años comparte el pan de la mesa, lo poco o mucho que tiene, que se alegra con la felicidad del otro, los que empujan y acompañan, los que no bajan los brazos, los que creen, los que esperan, los que no pueden y quieren (y aun así, desean con todo su corazón que lo bueno suceda). El secreto está ahí, en esa energía, en esa entrega, en ese montón de sueños que salen a borbotones. Y lo inevitable se hace paso, asoma el rayo de luz para iluminarlo todo.

La silla de ruedas que Jorge necesita le asegura calidad de vida. Vamos a contrarreloj, porque los montos aumentan y solo queda una en stock, pero no vamos a bajar los brazos… estamos llegando al monto y quizás, en las próximas horas, completemos el total.

Y como dice Galeano en uno de sus relatos de ‘El Libro de los abrazos’: “No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tanta pasión que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca se enciende". 

Lore Palacio-FM 10