“La pasión por este deporte arranca en el año 1967 con el karate, porque el taekwondo en la Argentina no estaba, no existía”, comentó Norberto. Cuando llegaron los primeros coreanos al país, se interesó por la disciplina y estuvo aprendiendo de los primeros maestros. “Llegado el momento, bajo la presión de algunas personas del exterior, empezaron a difundir una forma de taekwondo más comercial y menos ortodoxa”, añadió

“El error está en poner el foco en la parte competitiva y dejar de lado lo marcial”

Asimismo explicó que el taekwondo “es un arte marcial con un aspecto muy pequeño deportivo, que podemos llamarlo exhibiciones, torneos, etc. Pero no forma parte de la estructura ni la búsqueda”. El maestro indicó que “el error está en poner el foco en la parte competitiva y dejar de lado lo marcial”. Junto con Esteban Correa, instructor internacional, “tratamos de defender la obra del creador del taekwondo, que es un maestro coreano llamado el General Choi Hong Hi”.

Norberto tiene 72 años y es octavo dan. Ya a partir del noveno dan, le dan una mención honorifica, que pueden dársela los maestros más antiguos o los propios alumnos. “Mi pasión sigue siendo la salud”, mantenerse estable y utilizarlo como una disciplina diaria, expresó.

“Los movimientos de nuestras formas, de nuestros patrones arrancan con un movimiento de defensa, no existe la violencia”

Además, el maestro dijo que es un arte marcial pacifica, no tiene nada de violenta, “de hecho los movimientos de nuestras formas, de nuestros patrones arrancan con un movimiento de defensa, no existe la violencia porque si no se transforma en un arte totalmente diferente al que estamos difundiendo”.

Para finalizar, Norberto explicó que estos seminarios sirven para que él pueda enseñarles a los alumnos con la experiencia, los consejos. Mientras que los instructores sigan educando. Su misión es hacerlos pensar en lo que están haciendo, para que les den un sentido y no sea aprender movimientos para cambiar de categoría.

Benito Gramajo, Vanina.