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22 de abril de 2023

Amelia Álvarez: “Gody siempre fue absolutamente humilde, despojado de lo material”

En Radioshow dialogamos con Amelia Álvarez acerca de su hermano Cesar Gody Álvarez, secuestrado, torturado y asesinado por ultima dictadura cívico militar, en 1976. El ‘gordo Antonio’ como era conocido entre sus camaradas, formó parte del Partido Comunista y dio vida al Partido Comunista Revolucionario (PCR). A 47 años de su asesinato, el PCR le rinde homenaje en nuestra ciudad.

HOMENAJE A CÉSAR GODY ÁLVAREZ

CÉSAR GODY ÁLVAREZ

godyNos cuenta Amelia “Gody era el menor de mis hermanos varones. Yo tenía 4 hermanos varones y dos mujeres, éramos 6, de los cuales he quedado yo.

Mi hermano menor, no vivía acá, vivía en Córdoba, había estado viviendo en Buenos Aires, militaba primero en el PC y después fue uno de los fundadores del PCR.

En realidad, él tuvo una trascendencia que nosotros, como hermanos, la conocimos después de haber desaparecido.

Cuando venía de visita, perfil bajo, desprendido de todo lo material y siempre decía: ‘cuanto menos sepan, mejor’. Con el que más conversaba de política era con mi marido.

Después que desapareció, a los 30 años de conformado el partido, hicieron un homenaje a lo largo de todo el país y nosotras, con mi hermana, pudimos asistir. En Buenos Aires, te puedo asegurar que fue algo impresionante, muy emocionante ver el cariño que ha despertado; hoy, ver a esos chicos jovencitos… otro de los actos que asistimos en Córdoba, yo los escuchaba cantar y me acerqué y les pregunté ¿por qué tanta adoración si ustedes no lo conocieron? y la respuesta que me dieron me dejó helada: ‘porque cada uno de nosotros tenemos un pedacito de Gody, porque si él hubiera hablado -cuando lo secuestraron- mi abuelo no hubiera existido, mi papá no hubiera existido, por lo tanto nosotros no hubiéramos nacido’.

El dio la vida por sus compañeros…

“Exactamente”.

¿Por qué “Gody”, era su nombre?

“César Gody, así es su nombre”.

¿Qué edad tenía cuando desapareció? ¿En qué año fue?

“Fue un 25 de abril de 1976, prácticamente al mes del golpe de estado”.

¿Cuándo fue la última comunicación o la última vez que lo vieron?

“La última vez que lo vimos fue el año anterior a su desaparición, porque mi papá falleció en 1975 y él se quedó un mes y medio, más o menos, acá. En esa época yo vivía en el sur, por trabajo de mi esposo. Me la llevé a mi mamá.

Para el 25 de abril yo venía a Bolívar, al casamiento de una prima de mi marido, y él se comunicaba por teléfono con mi hermano Rubén (más conocido como “el maestro Álvarez”). Al enterarse que venía mamá le dijo ‘no le digas nada, le voy a dar una sorpresa y me voy a aparecer’. O sea que él venía de Córdoba con destino a Bolívar. Estuvo primero en Bs As y ahí fue donde lo secuestraron”.

¿Qué se sabe de ese día?

“Los compañeros alcanzaron a averiguar algo. Con mi hermana en enero del ‘84, ni bien asumió Alfonsín, nos fuimos e hicimos todo el recorrido. Mis hermanos se enteraron a las 24 hs. que lo habían secuestrado, pero como yo me iba al sur, no me quisieron decir nada para no alertarla a mamá.

Ni siquiera sabía que él iba a llegar, por supuesto, no llegó en el micro el sábado ese… Yo me fui sin saber nada. A mí me lo dijeron a los meses, cuando vine. Para esto ellos ya habían comenzado la búsqueda, se presentaron habeas corpus. Es más, transcurrido los años, no hace mucho, supimos que el primer habeas corpus que se presentó, en ese momento, fue para Gody; el que -digamos- dio el puntapié inicial. Ellos ya andaban buscando, recorrían en plena dictadura, también fui a hacer el reclamo a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos; cuando vinieron, me recibieron.

Realmente nunca dejamos de buscarlo”.

¿Cómo vivió tu mamá todo esto?

“Mira a mamá le habíamos dicho que -probablemente- se había ido al extranjero, porque viajaba mucho. Estuvo tres veces con Mao Tse Tung, conoció al Che Guevera, eso sí nos contó, que habían pasado todo un día y toda una noche guitarreando porque le gustaba mucho el malambo (a mi hermano) y el tango, las dos cosas. Y charlando, mateando, tocando la guitarra del Che,  fue una experiencia fabulosa para él, estuvo en Cuba.

Primero viaja a Rusia, ahí se da cuenta que no coincide con las ideas, se da cuenta que es algo distinto de lo que él creía y es cuando se separa, con un pequeño grupo, y conforman el PCR; viajan a China tres veces. Jacinto Roldán que es uno de los compañeros, que no se si irá a venir porque estaba un poco delicado, nos contó, porque nosotros -a la vida de él- la supimos prácticamente 30 años después.

Mi mamá creyó en parte en que podría haberse ido, pero cuando asume el gobierno Alfonsín, mi hermano podía no venir, pero en navidad era sagrada… mi vieja se pasó, en la puerta del garaje, todo el día del 24 esperando.

Nosotros sabíamos que ya no estaba, pero siempre nos quedaba la esperanza. Por un lado, pensábamos que podía estar en algún lugar y por otro decíamos ‘no esta vivo’. Incluso entre sobrinos, era un tío adorado, muy compinche, jugaba con ellos como un chico más, y se habían dividido: una parte los sobrinos decían ‘está vivo’ y otra parte, no. Andrea, por ejemplo, decía: ‘el día que yo cumpla 15 años, el tío va a llegar’. Ese fue un día tremendo.

Mi mamá cuando fue para navidad dijo ‘ahora sí, sé que no lo veo más’. El dolor lo llevaba por dentro”.

Amelia, ¿qué pasó después? ¿Aparecieron sus restos?

“Si. En la provincia fue el primero en aparecer.

En Merlo. Ocurre que nosotros nunca dejamos de buscarlo, al punto tal que en un momento nos dijeron que lo habían visto en el puerto de Mar del Plata y estábamos en La Plata (mi hijo Sergio estaba allá), agarramos el auto con mi hermana, Sergio manejaba, y nos fuimos a recorrer el puerto, las calles”.

Cuando Uds. se enteran que sus restos que estaban en Merlo, ¿cuántos años habían pasado?

“30 años. Teníamos la idea de que no había quedado documentación. A mí se me había puesto y siempre decía ‘yo creo que alguien debe haber guardado algo como para asegurar su propia existencia`. No era que lo habían guardado para su propia existencia, había sido tal el grado de impunidad que dejaron los expedientes, tal como estaban, en el archivo, en el suelo. Entonces había un grupo de abogados, también trabajaban los compañeros del partido, era incansable la búsqueda… nos contactamos con dos abogadas especializadas en la búsqueda. Ellas nos dijeron de que existía la posibilidad que hubiera algún expediente.

En las catacumbas de La Plata encuentran un expediente judicial, donde dice que se ha encontrado un cuerpo a la orilla del Río Reconquista, lo había encontrado un linyera, lo llevaron e hicieron autopsia en Merlo, mandaron las manos (aparentemente parecía ahogado, pero no) para ser identificado. En La Plata lo identificaron, sabían quién era (todo esto consta, yo tengo las copias). E incluso le dieron la orden a una funeraria (que cuando nosotros nos enteramos la funeraria, el dueño y el medico que había hecho la autopsia, existían)… lo que ocurre que el juez que recibe la causa era nuevito, nuevito y tuvo miedo y le pasa la causa a otro Juez Federal, también ahí -de Morón- y ése inventa una segunda autopsia, donde dice que se había ahogado y demás, pero todo eso estaba documentado. Todo”.

Amelia encontrar sus restos, fue volver todo para atrás o encontrar cierta paz

“En mi caso fue cerrar una etapa de duelo. Empezaba la otra, la de conocer la verdad de quiénes fueron. Quienes dieron la orden nunca lo vamos a saber, pero puede que lleguemos a saber quiénes la ejecutaron. Si lees el informe de autopsia (que es espeluznante) lo torturaron de la forma mas atroz, tenía el 70 % del cuerpo quemado, menos la cara y los genitales, lo tiraron ya agónico. Después, los segundos antropólogos que hacen la autopsia le encuentran dos orificios de bala en el cráneo y la primera autopsia no lo había encontrado, o sea que no conforme con eso, cuando ha caído, lo ultimaron.

Lo habían sepultado, en la sepultura de otra persona. Dora (mi hermana), Andrea y yo, nos fuimos al cementerio. La persona que nos atendió, indudablemente algo sabía, porque cuando preguntamos qué pasaba, la chica joven nos dijo ‘mire no se si tenemos los expedientes’, nosotros teníamos los datos de que había sido sepultado ahí. Los libros del cementerio no estaban… apareció una mujer mayor y nos dijo ‘no, no están porque se los comieron las lauchas’, mira qué respuesta.

A todo esto, un juez federal, ya los había retirado y los conservaba. A través de eso se pudo ubicar el lugar. El juez federal había dado la orden de no innovar, o sea que había un sector en el que había todo un yuyal y nadie lo tocaba porque se buscaba a dos personas.

A nosotros no nos permitieron entrar, pero los compañeros del Partido, haciéndose pasar, fueron y hablaron con los sepultureros y ,a través de ellos, ubicaron la zona.

Como estábamos en contacto con la comisión de Derechos Humanos, con Carlotto de La plata, se pidió investigar haber si estaba en esa zona. Fueron y excavaron, la primera excavación dio resultado negativo, porque la habían modificado: donde era el sendero lo convirtieron en sepultura y donde era sepultura lo convirtieron en sendero. Había el nombre de una mujer en esa sepultura, entonces el juez con buen tino nos pidió si esperábamos un poco para pedir autorización a la familia, que era lo correcto, ir a exhumar un cuerpo o abrir una sepultura que no te corresponde, era profanarla. La familia aceptó inmediatamente. Cuando abrieron, debajo del féretro de esta persona, encontraron los restos.

A nosotros nos avisan, era en el 2007, que teníamos que presentarnos el 10 de julio para hacernos el ADN. Mi hermano Rubén fallece el 9 de julio. Él estaba muy mal, así que no le habíamos dicho que había una posibilidad y Carlos tenía problemas de salud. El día de la Gran Nevada, mi hermana vino de La Plata y pegamos la vuelta otra vez, el 10 nos presentamos. Coincidentemente, el día que, hacía los años de fallecida de mamá, nos confirmaron que los restos eran de él.

Los restos descansan en la sepultura, con mama, acá en Bolívar”.

ANTONIO, el de la valija.

“Gody usaba como seudónimo Antonio. Tal como relata Amelia “tiene una historia ese nombre. Antonio se llamaba un hermano de mi papá que fue líder en la guerra contra Franco. Fue uno de los principales. Gody lo alcanzó a conocer y supo toda su historia, entonces decidió, en homenaje al tío, ponerse como seudónimo ANTONIO. Todos lo conocían como el ‘gordo Antonio’

Realmente dejo una huella increíble”.

Te da mucho orgullo hablar de Gody…

“Si. Mucho, tremendo. El haber conocido toda la obra de él. El haber tenido la oportunidad de estar en un acto multitudinario que se hizo en el Luna Park, donde no cabía un alma, donde afuera había pantallas, micros del Chaco, Tucumán, era impresionante. Gente del extranjero. En la fila delante nuestro, había dos personas que eran de Egipto.

Nos decíamos con mi hermana ‘esto no nos lo merecemos nosotras, lo tendría que haber recibido él’. Ver esa gente ahí…

Había ido con Maibé (su nieta) que hablaba inglés y yo le decía ‘preguntale si lo conocieron al tío… entonces el hombre le pregunta ‘qué éramos nosotras de él’. Había una gigantografía de èl y nos dice ‘lamento tener el pasaje de regreso para mañana, porque me hubiera gustado conocer la ciudad donde nació. No tuve la suerte de haberlo conocido personalmente, pero es tan conocido mundialmente’. Yo no lo podía creer porque decía ¿cómo mundialmente? Nosotros no sabíamos ni siquiera que había sido fundador del partido, pero la importancia que tenía, la conocimos 30 años después a través de los amigos, de los relatos, de cual había sido su función en Córdoba.

Él siempre fue absolutamente humilde, despojado de lo material, inclusive cuando va a ver a Mao Tse Tung, mi marido le regala el traje de casamiento que, por supuesto, se lo hizo achicar porque él no quería un traje. Le daba lo mismo.

EL TRABAJO DE LOS ANTROPOLOGOS FORENSES

“Cuando nos hacen la entrevista y nos toman la muestra de ADN, yo empecé a mirar a los antropólogos por las preguntas que nos hacían: de la contextura de él, de su físico… Yo le dije a mi hermana, es Gody, porque cuando me preguntan qué seña tenía, les dije la dentadura (si es que la conservaba), él tenia los dientes de abajo muy desparejos y se intercambiaron una mirada -los antropólogos- que a mí me dio la certeza de que era él.

Igual teníamos que esperar el resultado de ADN, años después nos enteramos que lo habían mandado a EE. UU., para realizar una corroboración más exacta”.

LAS MADRES DE PLAZA DE MAYO

“Nosotros conocimos las madres de Plaza de Mayo, con mi hermana, en enero del ’84. Las historias que supimos por ellas son terribles, terroríficas.

En ese tiempo descubrimos, tristemente, que quien él creía era su gran amigo, era quien lo había entregado. Lo buscamos con mi hermana y lo reconocimos. Era un doble agente y él lo había entregado”.

 

UN DOLOR QUE NO MENGUA

En la entrevista que nos concedió Amelia, en su casa, hablamos acerca de este dolor tan profundo y nos dijo “es un dolor que no termina nunca. En cinco años yo perdí prácticamente al resto de mi familia: perdí a mis dos hermanos, perdí a mi hermana, perdí a mi marido, perdí a mi hijo. Fueron muchos los trances. El tiempo te da la certeza de no verlos más, pero olvido jamás. El olvido no existe.

No tengo sed de venganza, si, sed de justicia. Ojalá se diera el juicio, que podría llegar a aparecer, lo hablo en potencial porque sé que la causa en la que está incluido Gody ya han podido condenar a varios, se han hecho varios juicios dentro de la misma causa. Los involucraron a todos en una sola causa y están haciendo juicios en forma individual. Nos hemos enterado -por los abogados- que podría (lo digo en potencial porque hasta que no me lo confirmen no lo sé) que este año se diera el juicio”.

ACTO EN HOMENAJE A GODY

“El martes voy a estar presente. Un sobrino mío que vive en Pehuajó va a venir. Voy a estar con sus compañeros, que a varios los conozco. Es más la primera vez que fuimos, que nos citaron al local del partido, nos entregaron el reloj que era de mi hermano. Lo habían rastreado que él lo había mandado a arreglar. Lo tengo yo”.

El Partido Comunista Revolucionario, realizará el día martes 25 de abril, a las 9:00 hs., en Av. Cancio 230 (frente al Colegio Nacional) un acto homenaje a César Gody Álvarez, a 47 años de su secuestro y asesinato por la dictadura.

Sus camaradas lo recordarán en su amada ciudad.

Audio: Radioshow 21 Abril 2023

Edición: Lorena Palacio

Recomendamos escuchar el audio completo de la entrevista.-

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