El trabajo fue elaborado por los ingenieros David Melion (INTA Bragado), Gonzalo Perez (INTA Bolívar), Sergio Rillo (INTA 9 de Julio, y el Lic.  Lisandro Torrens Baudrix (INTA 9 de Julio), donde se destaca que en el contexto actual,  la mayor parte del área productiva agrícola de nuestro país contó con precipitaciones por debajo del requerimiento de los cultivos (UC), es importante conocer la capacidad de retención de agua de los suelos (CRA) y el contenido de agua útil (AU) al momento de la siembra. Estas cuestiones serán influyentes para los rendimientos de los cultivos, una información que influye en la toma de decisiones, resultando determinante para desarrollar las bases del manejo del cultivo y la relación con la nutrición (la interacción genotipo-ambiente), destacaron.

Según se desprende «el objetivo de este trabajo fue conocer los contenidos de agua (mm) inicial para la siembra de trigo. Los lotes fueron relevados entre mediados del mes de abril y fin de mayo. Se analizaron lotes ubicados mayoritariamente en áreas de influencia y partidos aledaños de las agencias de extensión rural de INTA Bragado, Bolívar y 9 de Julio, los perfiles correspondieron a la clasificación Hapludoles (Típico y Éntico), Argiudoles y Argialbol.

Situación para el Trigo

El cultivo de trigo podría desarrollar un sistema radicular de hasta 2 metros, si no tuviese limitantes en el perfil, (130 cm – 200 cm, según ciclo).

Analizando el comportamiento y crecimiento del sistema radicular del trigo, se observa que su expansión vertical se incrementa a partir de la fase de encañado y alcanza la máxima longitud en el estadío cercano a la floración. Más allá de la profundidad total, el 50 por ciento del volumen radicular se ubica en los primeros 25 a 30 cm de profundidad. Contados 50 días desde la emergencia del cultivo, las raíces pueden realizar una exploración vertical y horizontal hasta los 50 a 60 cm y, a los 100 días, alcanzar los 120 a 150 cm. Analizar esta dinámica junto con el conocimiento del contenido de agua en el perfil, permitirá gestionar la siembra del cultivo.

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Los perfiles presentaron el 24 por ciento y el 27 por ciento de agua disponible (AD%) para el corte 0-100 cm y 0-180 respectivamente. En Bragado, sin embargo, el promedio determinado fue de 32,5%, mientras que en Bolívar fue de 25% y 9 de Julio del 24%. Además, los porcentuales máximos de AD fueron del 54%, 60% y 88%, y mínimos de 0,26%, 20%
y 22% negativos para Bragado, Bolívar y 9 de Julio, respectivamente.

Se aprecia que los perfiles, en general y mayoritariamente, tienen muy bajos contenidos de agua (mm), un 27,77 % con contenidos de 0-100 mm; 44,44% (100 a 150 mm) y 22,22% de 200 a 250 mm de agua, con mínimos de 53 mm y máximos de 250 mm y también hay algunos con niveles negativos. Además, solamente el 5%, se encuentran con contenidos de agua inicial por encima del PMP en los estratos superficiales y subsuperficiales del perfil (0 a 60 cm). Estas determinaciones estánindicando la intensidad de la seca ocurrida durante primavera y verano, y la falta de recarga de los perfiles por ausencia de precipitaciones otoñales suficientes durante este año, con lo cual persiste un ambiente de sequía.

En 9 de Julio 

En 9 de Julio (Figura 5), el perfil se presenta con humedad (en sándwich) similar al suelo de Bolívar, presentado en la Figura 3 con buenos gradientes de humedad en los espesores superficiales, moderados (80- 140 cm) y, a partir de los 160 cm un marcado flujo ascendente por capilaridad. En la Figura 6, se aprecia buena humedad en el espesor 0-60 cm luego disminuye hasta los espesores más profundos.
De acuerdo a este muestreo, las condiciones de humedad para la siembra de trigo se presentan muy aleatorias y, dependiente de futuras precipitaciones, durante el ciclo para desarrollar biomasa crítica y lograr óptimos rendimientos. Consideremos que a una eficiencia de uso de agua 10 kg grano mm-1 de agua consumida, el cultivo estaría necesitando 400 mm de humedad “disponible” para alcanzar 4000 kg ha-1 (entre agua reservada en el perfil y precipitaciones).

En síntesis, en este trabajo se ha presentado el contenido de agua total (mm) inicial para la campaña de trigo 2023, evidenciándose, la necesidad de una adecuada recarga del perfil. Si bien, acaecieron lluvias luego del relevamiento, las mismas no tuvieron el potencial de modificar la estructura de este análisis. En consecuencia, el cultivo de trigo será muy dependiente durante su desarrollo de las precipitaciones (oportunidad y cantidad), para lograr rendimientos óptimos.

Crédito: El regional Digital