"Todavía no tengo al alta médico, pero ya estoy mucho mejor"

Existen historias de vida. Y también la vida después de la vida. El covid sigue entre nosotros y hay testimonios de pulseadas ganadas gracias a las intervenciones rápidas y al profesionalismo del personal de nuestro hospital. Es por eso que vale la pena leer/escuchar lo que tiene para decirnos Juan Garnica, todavía con algunas secuelas de la enfermedad: “Todavía tengo la voz tomada y el doctor me dijo que cansancio iba a seguir sintiendo. Le pregunté cuándo podía salir a trabajar, pero tengo que esperar unos diez días. Puedo hacer alguna actividad tranquila, pero sin esforzarme mucho”.

"Les aconsejo que no esperen al sentir síntomas, es importante ganar tiempo"

La recuperación, una vez que se salió del hospital, requiere calma, ir paso a paso hasta volver a la vida normal. Todo lo contrario a los días o momentos previos en el que “si tenés síntomas, lo mejor es que te hagas el hisopado y además de sacarte la duda, le ganás tempo al virus”.

"Al prinicipio no quería decir que me sentia mal, pero después me dí cuenta que algo pasaba"

Un consejo fuerte y acertado, ya que el tiempo puede jugar a favor o en contra. Y Juan lo sabe porque a pesar de sentirse cansado, muy cansado y sin ganas de nada “no quería decir nada por porfiado, por lo vasco que soy. Y además porque lo que menos me imaginé es que me iba a agarrar eso. No sé dónde me lo pesqué porque yo iba a la despensa, pero siempre con barbijo, y sin embargo…”

Apenas tuvo el resultado positivo del hisopado “me llevaron en ambulancia para el hospital y ahí me hicieron todos los controles y placas por todos lados porque estaba todo tomado, ya que tenía una neumonía muy grande”.

"El plasma me lo pusieron a los dos días de haber ingresado y realmente la mejoría se notó enseguida"

Los movimientos fueron rápidos y certeros. Es por eso que los primeros agradecimientos comienzan a aparecer. “Las cosas hay que decirlas como son y yo le agradezco muchísimo, tanto a Bucca como a Pisano, que se han movido para los que estábamos ahí, que éramos cinco los que estábamos esperando el plasma”.

El plasma también se movió rápido por su organismo y “siete u ocho horas después de que me pusieran el plasma, comencé a recuperar el oxígeno”.

"Tenemos un hospital que es un ejemplo, no entiendo por qué lo critican, es increíble cómo se trabaja"

Y sin que le falte el aire (ni la memoria), continúa agradeciendo, en este caso “a todas las enfermeras, al Dr. Manganiello y a la Dra Dotti, porque corrieron y me pusieron oxígeno y ahí me salvaron, porque se encontraron con un cuadro muy fulero”.

Juan Garnica vivió para contarlo. Por eso como despedida de su testimonio dando cuenta de la importancia de la donación de plasma a los pacientes recuperados, deja una reflexión en el aire que nos hace poner los pies sobre la tierra, el barbijo en la boca y el alcohol en gel entre las manos: “La verdad que yo no pensaba que fuera tan jodido este virus, pero es bravo. No le deseo a nadie lo que viví yo”.